BILLY NICHOLLS - Would You Believe (1968)


Sorprendente, es posiblemente el adjetivo que mejor defina esta fabulosa colección de canciones de psicodelia pop británica, engendrada durante los últimos coletazos del Swinging London. Would you believe de Billy Nicholls es sorprendente, tanto por la excelencia de su contenido, como por la rocambolesca historia que lo acompaña, ya que a pesar de ser editado en 1968 por el sello Immediate Records, apenas se distribuyeron de él unos pocos centenares de copias, parece que por razones económicas de fuerza mayor, que en aquellos días atenazaban al interesante sello de Andrew Loog Oldham. Pero quizás lo más inaudito de todo sea que nadie se acordara de reeditar esta pequeña joya hasta finales de los 90.
 
Porque este fantástico Would you believe de Billy Nicholls es un efectivo y colorista artefacto sonoro, de preciosista pop psicodélico, exento de todo tipo de excesos lisérgicos, que a pesar de ser muy británico, goza de una poderosa y spectoriana producción a cargo de Andrew Loog Oldham, y no pierde de vista las enseñanzas melódicas y vocales que los Beach Boys nos dejaron para la posteridad en discos como Pet Sounds y Smile. Razones por las que supongo que en el interesante artículo que le dedican en la web de Ready Steady Go! lo califican como la respuesta británica al Pet Sounds de los Beach Boys.


Una afirmación quizás algo exagerada, que sin embargo nos vale para reivindicar rotundamente un disco, que yo situaría a medio camino entre el Butterfly de los Hollies, el Odessey and Oracle de los Zombies y el First Immediate de los Small Faces, que por otro lado forman parte importante de este disco tocando junto a Billy Nicholls en muchos de los temas. Temas de atemporal pop y de bellos arreglos orquestales, como la maravillosa Would you believe, con Steve Marriott en los desgarrados coros; las soleadas y algo nostálgicas Life is short, Feeling easy y It brings me down ; o la más chispeantes Daytime girl, Being happy y London Social Degree, con su ritmo trotón y delicioso clavicordio.

Delicadas joyas de tono acústico como Come again,  misteriosas melodías como Portabello road y hasta algún que otro enérgico arrebato muy en la línea de los Small Faces como Girl from New York.

Un disco excepcional que Mr. Glasshead desmenuzó con mimo en su blog En busca del vinilo perdido. Por cierto, no os perdáis el vídeo que acompaña a este texto con el tema London Social Degree, ya que hará las delicias de todos los amantes del Swinging London.

Publicado el  2/3/2010 en  Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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