THE ISLEY BROTHERS - Incombustibles y eclécticos maestros del soul


The Isley Brothers ¿Cuantas veces habré bailado hasta la extenuación su fantástico Shout? Esa desgarrada y arrebatada inyección de vitalidad. Ese R&B desmadrado que anticipa el soul más salvaje, y donde Ronald Isley el vocalista principal de la banda, hace toda una demostración de poderío vocal...Venga, no me digas que no la has escuhado o bailado. Recuerdas... ¡¡You Know you make me want to shout!! Si señor, hoy en Sensaciones Sonoras The Isley Brothers, una de las bandas con las que empecé a apreciar y descubrir la música soul. Incombustibles, eclécticos y poseedores de una de las mejores voces del soul de todos los tiempos, la de Ronald Isley. Así podríamos definir a los fantásticos The Isley Brothers, uno de los grandes monstruos sagrados de la historia de la música negra, protagonistas de algunas de sus páginas más gloriosas y memorables.

Rudolph, O’kelly y Ronald Isley, unieron sus poderosas voces y su talento para formar The Isley Brothers a finales de los 50, después de foguearse acompañando a su madre en los poderosos circuitos del gospel. Dejaron su Ohio natal y se fueron a probar suerte a la todopoderosa New York, donde comenzaron a grabar y a recorrer los escenarios de la naciente escena soul, demostrando el poderío vocal y la arrogancia sonora que poseían. R&B salvaje, de voces desgarradas, heredero del más alocado Ray Charles, como demuestran sus primeros clásicos, el mencionado Shout (1959), su primer éxito, y los arrolladores e irresistibles Respectable (1959), Twist & Shout (1962) y Nobody But Me (1963), todos ellos imperecederos y rotundos llenapistas del soul más clásico.



Una diferencia importante con respecto a algunos de sus coetáneos, la tenéis en que The Isley Brothers no eran meros intérpretes de composiciones ajenas. Tenían y tienen una personalidad propia, y compusieron muchos de sus grandes éxitos, probando diferentes estilos y sonoridades, dentro del soul. Arrancaron y triunfaron con el soul desgarrado y acelerado, heredero directo del R&B, pero también en su primera época compusieron emocionantes melodías de exuberancia vocal, con ligeros toques latinos, como la excelentes Your Old Lady (61), Who’s that lady (64) o She’s Gone (63), esta última muy del estilo de otros grandes de la época como Ben E King o Jackie Wilson. Pero sin duda dentro de su vertiente más melódica de su primera época, me quedo con esa maravilla que lanzaron en el 63 y que se llama You’ll Never Leave him, una preciosa canción donde Ronald Isley demuestra sobre unos bellos acordes de guitarra acústica, lo que es capaz de hacer con la voz , llegando al nivel de la calidez y sensualidad del mismísimo Sam Cooke. De verdad, una aúténtica maravilla.


Y tras este productivo y exitoso período, comprendido entre 1959 y 1963, justo a mediados de los 60, cuando su estrella parecía que empezaba a perder brillo y temas como la dulce y pausada The Last Girl (1964) no conseguían la atención que quizás merecían, dieron un primer golpe de efecto a su carrera con su fichaje en 1965 para el sello Motown. La poderosa maquinaria del sello de Berry Gordy, encabezada por el excelente trio compositor formado por Holland/Dozier/Holland se ponía al servicio de los Isley Brothers para firmar dos discos, en su conjunto algo irregulares pero que contenían dos de sus interpretaciones más memorables y emocionantes de todos los tiempos. Dos temas que cada vez que los pongo me erizan todos y cada uno de los pelos de mi cuerpo. Os hablo de los maravillosos This Old Heart of mine (is weak for you)(1966) y I Guess I’ll Allways Love You (1966). Dos temas en los que el clásico sonido Motown adquiere otra dimensión. No puedes parar de bailar, pero escuchas, y escuchas con mucha atención una melodía, unas voces, unos arreglos, una instrumentación que te atrapa, te emociona y se apodera de ti. Es soul, pero es música pop en estado puro. Es un vapuleo instantáneo a tus sentidos. En pocas palabras son una pequeña gran maravilla.

A pesar de estas excelentes canciones, el período Motown de los Isley Brothers no fue todo lo memorable que quizás debía haber sido, perdiendo fuelle con su segundo disco para el sello, que a pesar de todo aún contiene la contagiosa Take me in your arms (1968) y la que es otro de sus puntos álgidos en Motown, la excepcional Behind a painted smile (1968), otro grandioso tema que no podrás dejar de bailar, y donde se incluye una poderosa guitarra y base rítmica, quizás anticipo del excelente funk-soul-rock que nos regalarían en los 70, con el nuevo estilo de una banda que supo regenerarse con el cambio de década. Pero eso es ya otra historia que trataremos otro día.

The Isley Brothers son una de esas bandas imprescindibles, que no deben faltar en tu discoteca particular si estás interesado en la música soul, y el recopilatorio The Isley Brothers Story del sello RCA es una buena manera de adentrarte en su rica y variada música soul.

Publicado el  19/05/2006 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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