THE END – Introspection (1969)

Introspection, de los británicos The End, publicado por el sello Decca en 1969, es otro de esos fabulosos discos perdidos de los 60, que no deberías pasar de largo, si te interesan los sonidos más ensoñadores y enigmáticos de aquella época, aquellos que se expandieron bajo ese evanescente arcoiris sonoro denominado psicodelia.

Un disco exquisito en su concepción y ejecución, que ya te engancha desde la primera escucha con su psicodelia pop, de chispeante hammond y trazos eminentemente eléctricos, sin excesivas distorsiones, que como nos decía nuestro amigo Revolver en su blog Barabajal (ya desaparecido), está repleto de excelentes composiciones, vibrantes guitarras y grandes armonías vocales, que demuestran la calidad de su principal pareja compositora Colin Giffin y Dave Brown.



Un disco que según esa fastuosa enciclopedia musical on line, que se llama AllMusic sigue las directrices marcadas por los Rolling Stones en su controvertido Their Satanic Majesties Requests (y que conste que a mi me encanta en un 90%), con una estructura vocal similar a la de esa otra maravilla de la psicodelia británica, esta vez a cargo de los Zombies, titulada Odessey & Oracle. Y desde luego, mucho de esto hay en el disco, aunque si me preguntáis, yo también citaría alguna reminiscencia al Revolver de los Beatles, para concluir que en ocasiones me suenan a unos inspirados Creations sin reverberaciones ni feed back.

Pero sin duda, lo mejor que puedes hacer si te ha interesado lo que hemos contado hasta aquí, es hacerte con el disco y experimentarlo por ti mismo. Te quedarás flipado con el ritmo sinuoso de Dreamworld y Under the rainbow, sus chispeantes hammonds , y sus trotones bajos que te recordarán a los albores del sonido Manchester de los 90. ¿De verdad losInspiral Carpets y los Charlatans no se inspiraron con esta maravilla? Shades of Orange es tan misteriosa, espectral, bella y poderosa, como el She’s in rainbow de los Stones; Cardboard Watch tiene la fuerza púrpura y electrizante de los Creations, Introspection (Part One y two) son un acelerado viaje interior, de efectos cósmicos insospechados con armonías y distorsiones beatle; Don’t take me es un delicioso susurro casi pop, y Loving Sacred loving es otro de esos evanescentes y bellos ejercicios de psicodelia pop británica, con toques de clavicordio y perfectas armonías vocales. Y bueno, ¿que decir de la versión de She said yeah?
De verdad, ¿cómo es posible que este pedazo de disco no tuviera una mayor relevancia en su momento? Curioso, pero ni la excelente producción de Bill Wyman (¿de verdad que lo produjo él?, ni la colaboración de Charlie Watts y Nicky Hopkins, consiguieron darle más visibilidad en su momento.

 Publicado el  10/9/2008 en  Sensaciones Sonoras en La Coctelera

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