Os Bossa Tres - Tres / Fabuloso jazz samba de los 60


Brasil, su magia, su color y su ritmo se funden con el jazz más cool en esta arrebatadora sesión de jazz samba con intensos toques de bossa nova, a cargo de este trío brasileño de los 60, llamado Os Bossa Tres  en su disco Tres , que hoy os traemos a Sensaciones Sonoras. Un disco realmente exuberante que combina momentos de excitante nervio y vitalidad con embaucadores momentos de una delicadeza exquisita, y que captura con una facilidad pasmosa esa hipnótica, nebulosa y algo decadente atmósfera de los viejos club de jazz.

Un disco que aunque está ampliamente impregnado por el ritmo y la calidez de la música brasileña, desprende un profundo aroma a jazz samba en su concepción y desarrollo. Se nota queLuis Parga (piano), Edison Machado (batería) y Tiao Neto (bajo), componentes del grupo, mamaron con alevosía y premeditación el viejo modern jazz de la costa oeste, al que dotaron de la irresistible viveza de la samba y la dulce magia de la bossa.

Blues Walk, esa pequeña maravilla que Gilles Peterson nos descubrió en su serie de Jazz Juice para el sello Street Sounds, abre de una forma arrolladora el disco, con esos impetuosos redobles de batería, ese trepidante bajo y esos enloquecidos acordes de piano. Un tema para bailar hasta la extenuación y que desterrará de tu mente de una vez por todas esa idea equivocada de que el jazz no se puede bailar (si es que realmente piensas algo así). Algo que volverás a experimentar al escuchar esas luminosas y chispeantes Olhou Pra Mim, Bossa 3 theme, y Nao Faz Assim, tres excitantes arrebatos sonoros repletos de batida brasileña y ritmo de samba, que demuestran que la improvisación y la melodía no tienen porqué estar reñidos. Unas melodías que se vuelven más seductoras, y envolventes, con menos samba y más bossa, en las deliciosas y ensoñadoras Somebody Loves Me, Menina Feia y Sol e Chuva y que se acercan al jazz más cool y cinematográfico en esas pequeñas joyas que son So saudade, Green Dolphin Street y Zelao.

Un disco que puede hacer las delicias de esos intrépidos degustadores de rare grooves del jazz de los 60, y que incluso puede ser un buena forma de acercarse a estos sonidos, para aquellos que aún duden de sus importante valores terapéuticos para el cuerpo y el alma.

Publicado el 4/5/2007 en Sensaciones Sonoras en La Coctelera



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